Tiempo hace que todos hablan de condenación,
siglos dedicados a buscar una forma de escapar. Al final todos han de fallar,
en la tarea de la respuesta encontrar.
Tiempo
hace que todos se rindieron, solo piensan en el tiempo que les queda antes de
que el castigo por sus hechos sea impartido. Ellos no eligieron este destino,
pero en su interior yace, el mal que cada uno trae, consecuencia de la elección
de los primeros humanos en su acción de decidir si permanecer o no al cuidado
de su creador.
Todos
cuentan el tiempo para su final, solamente en ellos hay oscuridad. Ante su
estado se rindieron, no trataron de ir en contra de su destino. Simplemente
observan como su vida se acaba mientras se entregan a la causa de justificar su
castigo como su predecesor lo hizo.
Una luz
surge en el mundo, una oportunidad de redención, una esperanza. Una oportunidad
de salvar lo que perdimos, un sacrificio por nosotros, un precio alto por
pagar, una gran injusticia que nos ha de justificar, ante el juicio de la
eternidad.
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