El último hijo de la humanidad
Capítulo IV: Motivos y Razones
-La verdad están aquí por una razón más...
No comprendía lo que estaba pasando en ese preciso momento, en este día me habían
acontecido eventos muy extraños. Una reunión entre los habitantes de esta zona jamás
se había hecho. La verdad no sé ni cómo lograba escuchar la conversación de
ellos. Solo me restaba seguir escuchando.
- De que hablas Mirelia, hemos oído sus comunicaciones por radio, solamente
sabemos que vienen para acá, nunca se menciono una razón aparente.
- Yo he venido para advertirles Marcos, la razón es mucho más importante
que un niño normal, vienen por recursos.
- ¿Qué clase de recursos?
- Vienen por todos nuestros recursos. Como muchos sabrán la Retribución
dejo contaminado más del 70% del planeta. La radiación hace que la vida sea
imposible en esos lugares; bueno para ellos no sino para la vida animal y
vegetal de la zona, pero ellos tienen la capacidad de modificar su código genético
no les trae inconvenientes, el cáncer de sus obreros se elimina con cada inyección,
pero hacen su vida mas difícil ya que hacer eso significa un enorme costo en
materia prima y energía.
- ¿Energía?, ellos controlan todos los generadores masivos de corriente eléctrica,
incluyendo la represa Itaipu. Por suerte la retribución destruyo la hidroeléctrica
Jasyretã con armas convencionales, porque si la hubieran destruido con armas
nucleares ahora estariamos en cama sufriendo los efectos de la radiación, sin
mencionar los casos de cáncer que ya padecemos a causa de su intento de
libertad.
- Ernesto ellos vendrán no solo por recursos y energía, sino también establecerán
su Centro de operaciones mundial aquí, el consejo de la corporación busca un
lugar donde establecerse, eso significa que vendrán con todo el ejercito de
meta humanos.
- ¿¡El ejercito!? ni siquiera nos dejan sufrir en paz, nosotros solo
queremos una manera de salir de escapar, ahora que la muerte se nos ha hecho
imposible deberíamos unirnos a ellos.
- ¿Estás loco Ernesto?, prefiero agonizar en libertad, que ser un esclavo
sano. Yo contacte con la resistencia, dicen que en 3 meses estarán llegando aquí
para unírsenos en la defensa de nuestro territorio.
- Eres un estúpido Marcos, no ves que no podemos morir, si nos atrapan nos harán
sufrir hasta el fin de los tiempos… ¿Porqué mejor no te vas con los no muertos?
- Lamentablemente no tenemos tiempo, estarán aquí en tres semanas solo
podemos huir hacia la zona contaminada, no queda otra opción.
- Ya has hecho suficiente Mirelia, esto es más simple de lo que parece, quienes
quieran irse váyanse de aquí, los que quieran defender su libertad defiéndanla
y los que restamos nos entregaremos a La Corporación.
-Hagan lo que les plazca, no me queda mucho tiempo en este infierno, pero
el tiempo que me quede hare que esos malditos sufran. Me voy a mi casa, vámonos
Mirelia.
Al parecer la reunión había terminado, aun puedo escuchar las palabras de
la gente que murmura cosas, lo escucho todo, sus pasos, la respiración. Creo
que estoy muriendo. No sé exactamente qué pasa. Alguien mas viene con Papa y
Mirelia, puedo escuchar sus pasos. Vienen lentamente para acá.
- Marcos, tu eres el único de ellos que piensa diferente. Tengo que pedirte
un favor.
- Gabriel de que estás hablando, en estos 50 años jamás habías pedido algo
a alguien, ¿de que se trata?
- Te pido que lleves a Sairo y a Mirelia a un lugar lejos de aquí, he oído
rumores de que hay lugares libres de radiación en el océano pacifico. Deberías
ir allá.
- ¿Gabriel porque me pides eso?
- ¿Gabriel? Mirelia sonaba preocupada. Esto debe ser algo muy serio.
- No Mirelia, es necesario, mi hora esta ya cerca y prefiero morir luchando
que huyendo solo para ver como se sigue pudriendo el mundo.
- Vamos Gabriel tu ya me oíste, no pienso huir, la resistencia estará aquí
pronto.
- Pero no llegaran a tiempo, solo perderán tiempo. Cuando el ejército este aquí
acabaran con todos. Yo les daré más tiempo.
- Esta bien Gabriel, hare lo que me pides si Sairo esta de acuerdo contigo
partiremos mañana.
- Ahora solo hay que contárselo a Sairo.
Comenzaron a avanzar de nuevo. Venían hacia acá. La verdad creo que todo
esto es un sueño. Nunca había pasado algo así...
- Sairo baja inmediatamente. Tenemos que hablar de algo serio.
Baje desganadamente, ya sabía lo que me iba a decir.
- No me voy a ir de aquí Padre.
- ¿Cómo puedes saber todo eso hijo?, ¿Mirelia acaso tu se lo has contado?
- Claro que no, ¿crees que no puedo mantener la boca cerrada?
- Lo escuche todo, no sé lo que me está pasando. No sé cuando las cosas se
transformaron tan rápidamente.
- Tenemos que hablar Sairo, ven vamos a la otra habitación. Ven tú también
Mirelia...
- Si ya sabes lo que te voy a decir, dímelo.
- Me vas a decir que vaya con Marcos a un lugar del océano pacifico con
Mirelia, no es solo eso La Corporación vendrá aquí para establecer su centro de
operaciones.
- Creí que ya había terminado, al parecer tu habilidad no ha desaparecido
completamente.
- ¿De que estás hablando Gabriel?, Sairo nunca tuvo ninguna habilidad.
- Claro que si la tiene, la tenía antes de que tú aparecieras
Autor: Andrés Zaracho
No hay comentarios:
Publicar un comentario