Capítulo III: La Retribución

El Último hijo de la humanidad
Capítulo III: La Retribución
Las noticias de un posible ataque a la Corporación se difundieron rápidamente, a tal punto que cuando faltaba algo más que una hora todos estaban ansiosos por esperar su posible muerte. Las pocas personas que habitaban los alrededores de la biblioteca se alegraron de tal modo que organizaron un festejo por su muerte...
El sonido era tan molesto que no tardo en despertar a Sairo, quien se preguntaba en su habitación que era lo que ocurría. Al poco tiempo entro Gabriel en la habitación preocupado.
- Sairo levántate de tu cama y ven abajo, tenemos que hablar
- Voy en un momento Padre- Sairo solamente tenía 6 años, era apenas un niño. Había tenido una educación excepcional de parte de Gabriel quien no se había tomado a la ligera la tarea de educar al chico.
- Algo grande va a ocurrir, los rumores sobre una resistencia eran verdaderos pero además de eso hoy mismo dentro de una hora van atacar a escala mundial los edificios de la Corporación.
- ¿Y porque la gente está celebrando? - dijo el niño mientras bostezaba aun sin dimensionar lo que estaba pasando.
- Hay una gran posibilidad de que esto nos afecte, la gente está celebrando porque cree que será el fin de sus vidas. Debemos prepararnos para cualquier eventualidad. Rápido ve y trae más agua.
Toda la gente se encontraba despierta, todos esperando el suceso, sus corazones se habían llenado de esperanza una vez más, pero una esperanza vacía y sin sentimiento, lo único que impulsaba sus reacciones era el imaginar el fin de su dolor y sufrimiento.
Mientras tanto en un lugar no muy lejos de ellos se preparaba el ataque a una de las centrales más grandes que había cerca de allí. La resistencia del Rio de la plata estaba preparando todo para el último ataque de la resistencia.
El comandante era Manuel, un ex mercenario, quien cansado de la situación ayudo a derrocar los gobiernos más fuertes de Latinoamérica quienes lo habían contratado para protegerlos. Él fue quien acabo con los gobiernos y también acepto la ayuda de la Corporación, aceptando junto con la ayuda "La Promesa", siendo engañado por la Corporación y su ambición.
- ¡Rápido que no vamos a llegar a tiempo!- grito Manuel con una voz firme y de autoridad. Sus hombres transportaban las bombas en un camión que empujaban lentamente por una llanura, no había ningún camino que los guiase, solamente seguían las instrucciones de su líder- ¿¡No puede ser, que hubiera pasado de nosotros si no se acordaba la hora de ataque en esta región para la media noche?!, son unos inútiles, donde está su fuerza, donde está su odio hacia quienes los enviaron al infierno como agradecimiento de sus 10 años de trabajo?, muevan ese maldito camión o yo mismo acabare con su existencia!
- Señor no debe gritar de esa forma, ya estamos cerca de la zona de impacto y podrían detectarnos... además no sea tan duro con los muchachos, ya sabe que la mayoría de ellos tiene numerosas heridas a causa de los enfrentamientos con los meta humanos.
- ¡Yo no pedí su opinión soldado!, vaya a ayudar a esos miserables seres AHORA y al siguiente que me viene a decir que siente dolor en su trasero le envió a la frontera de los No muertos atado de pies y manos para que sepa lo que es el dolor realmente, no me importa si se están pudriendo o si se están desangrando por sus heridas de combate por si no se enteraron ya estamos en el infierno y van a sufrir de todos modos, ¡así que muevan ese pedazo de basura como si fuera su pasaje a la muerte!
-Señor solo faltan 500 metros para el lugar de lanzamiento
- Muy bien soldado, comencemos con la operación Retribución.
Los soldados comenzaron a bajar equipos del camión, comenzaron a ensamblar los controles que usarían para manejar el dispositivo de bombardeo. Una gran caja negra se quito del camión.
- ¿Saben lo que es esto?-pregunto con una sonrisa en su cara.
- La verdad no señor solo hemos escuchado rumores- contesto un soldado.
- Mírenla entonces- abrió la caja negra y pudieron observar lo que parecería ser un cohete que estaba desarmado- 35 kilotones, más del doble que la bomba que exploto en Hiroshima, 15 millones de grados en la zona de impacto, mas caliente que el núcleo del sol, armamento nuclear cortesía del tío Sam
-¿Es una bomba nuclear?
- Claro que si soldado, claro que sí.
Todos las personas que se encontraban allí dieron un grito de alegría, se abrazaron entre si y se felicitaron.
- ¿Porqué tanta alegría?- pregunto Manuel un poco desconcertado.
- Usted mismo lo dijo señor, hemos estado esperando esta noticia hace meses, al fin podremos descansar en paz. Pero... ¿para que los demás equipos si tenemos un cohete?
- Pero no tenemos los códigos para activar el cohete, se perdieron en la guerra contra el gobierno estadounidense. Esto es lo único que nos servirá- dijo señalando un cilindro dentro de la caja- Manos a la obra muchachos.
Comenzaron a ensamblar un dron (avión no tripulado) que habían traído. Una vez que se hubo ensamblado todo adhirieron la bomba al pequeño avión, como seguro por si fallaba el detonador le añadieron unos kilos de c4.
Los minutos pasaban lentamente, Gabriel y Sairo habían reunido toda la comida que encontraron, cerraron las puertas y ventanas mientras que esperaban la hora.
- Caramba, comandante venga aquí a ver esto- dijo un soldado que vigilaba el horizonte.
- ¿Que pasa soldado?, Manuel se apresuro a llegar en la posición en que se encontraba observando aquel hombre con un binocular las instalaciones de la Corporación- han encendido las luces y se preparan para tratar de detenernos, no nos detendrá con su ejército de meta humanos, ¡todo es culpa de ustedes y su festejo, hicieron tanto ruido que alertaron a los imbéciles esos!
- No se preocupe comandante nosotros iremos a detenerlos
- ¿Pero y la bomba?- pregunto Manuel, quien no entendía lo que ocurría los soldados.
- Acaso usted no entiende, de todas formas nos íbamos a ir para morir junto con la explosión, creí que usted ya lo sabía, esa era la razón por la cual estábamos festejando.
-Sádicos enfermos- dijo Manuel mientras comenzaba a reír- será mejor que vayan ahora antes de que avancen más o no los va a alcanzar la explosión.
Los soldados tomaron sus armas y municiones preparándose para su última batalla.
-¿Y si no los mata la explosión?- pregunto Manuel
-Por favor comandante, yo creí que usted era más inteligente, nos reduciremos a polvo cuando la bomba explote. Ninguna inyección te puede salvar de morir por 15 millones de grados.
- Tienen razón, no lo había visto de esa manera, será mejor que vayan, ya comenzaron a sonar las sirenas.
- ¿Usted no viene?
- Claro que no, yo no voy a morir hasta que vea un mundo libre de esos hombres
- Suerte comandante, nos vemos en la otra vida.
- Suerte Alberto, trata de llevarte tantos meta humanos como puedas.
Antes de irse, los soldados programaron la ruta a seguir del aeroplano y el tiempo de su salida. Se aseguraron de que todo fuera según el plan.
- ¡Todos preparados!-grito un soldado
- ¡Sí!, todos respondieron al unísono.
- ¡A luchar por nuestra muerte!- comenzaron a correr hacia las instalaciones.
Manuel se retiro rápidamente del lugar en una motocicleta, solo faltaban 10 minutos y solamente estaba a 20 kilómetros. Mientras que escuchaba los disparos y gritos de sus hombre. Un leve pensamiento paso por su cabeza: "Se lo han ganado chicos, se lo han ganado".
Los segundos se contaban cerca de la localización de Gabriel y su hijo, quienes se encontraban en la biblioteca, la luz eléctrica que tenían era gracias a unos viejos generadores de electricidad que habían conseguido. Sairo se encontraba leyendo un libro como siempre y Gabriel estaba sentado en su escritorio.
- Aun no ha pasado nada Sairo?- pregunto Gabriel con curiosidad.
- Siguen celebrando nada mas, puedo escuchar a Marcos hablando con sus amigos.
- Solamente faltan unos minutos, espero que no sea grave.
Los últimos minutos los pasaron en silencio, hasta que un apagón llamo su atención. Una luz ilumino con la fuerza del sol el planeta y un temblor sacudió los edificios. Luego de un momento se pudo escuchar un ruido ensordecedor parecido a una explosión. Para ese momento Manuel ya había caído de su motocicleta a causa de la explosión y se encontraba en el suelo apreciando de cerca lo que había ocurrido. .las explosiones se pudieron apreciar en todos lados del mundo, el ataque simultáneo había sido realizado. ¿Pero había tenido éxito?
Unos minutos después de la explosión Gabriel se percato que Sairo había desmayado cuando ocurrió la explosión, cosa que lo preocupo mucho. La gente de los alrededores no había muerto, cosa que los entristeció mucho.
Los días siguientes fueron oscuros y no se vio la luz del sol, un invierno nuclear había comenzado, Sairo seguí sin despertar, todo había vuelto como estaba o incluso peor. El polvo radioactivo se había esparcido por todo el planeta, causando múltiples casos de cáncer entre la población de sobrevivientes, lo que aumentaba su sufrimiento aun más. El silencio reino por meses antes de que se pudiera ver de nuevo la luz del sol.
Autor: Andrés Zaracho.

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